Cuando Ione, la directora de la película, entra a vivir en la casa de los difuntos hermanos García, descubre que sus vidas continúan latentes en los objetos que dejaron. Un piano, cientos de dibujos, miles de fotos o un montón de casettes sirven para dibujar los personajes de este film. Antonio era dibujante de cómics en la editorial Bruguera, Rosita era cantante de ópera y pianista. Junto con su hermano Juanito, convirtieron su hogar en un espacio de creación y ficción desde el que escapar de la realidad gris de la dictadura franquista. Entre las paredes de su casa, los García se convirtieron en estrellas de cine clásico, soldados de la segunda guerra mundial, gansters, astronautas, heroínas de ciencia ficción, vaqueros solitarios en un eterno viaje al oeste… su memoria alberga la historia del siglo XX. Años más tarde, ya con nuevos habitantes, la casa sigue siendo un lugar donde la vida puede ser de otra manera.