Un retrato íntimo de la vejez a través de las historias de dos mujeres octogenarias, las abuelas de la cineasta, a quienes seguimos en sus rutinas diarias y ritos cotidianos. Mientras la cámara da cuenta de los gestos y la materialidad de los cuerpos que envejecen, la voz de la cineasta las interpela sobre sus vidas, el paso del tiempo, y la muerte, cuya proximidad impregna la película. El fuego, el mar y la tierra son los elementos que acogen los miedos, los deseos, la memoria y el duelo de las protagonistas.